
A finales de los años '70, una productora japonesa rodó una serie que tenía como protagonista a Spider-Man, el personaje creado para Stan Lee. Claro que para la ocasión no se les ocurrió nada mejor que escribir guiones surrealistas en los que el superhéroe debía enfrentarse, entre otros, a los robots gigantescos tan propios de las películas niponas de aquellos tiempos. El resultado pone los pelos de punta:
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